martes, 15 de marzo de 2011

ANTONIO MACHÍN

Miembro de una pobre familia de unos 15 hermanos, de la localidad cubana de Sagua la Grande, nació Antonio Lugo Machín el 11 de febrero de 1903, siendo allí donde comenzó a trabajar siendo un niño en diversos oficios.

Fueron sus padres, un emigrante gallego, José Lugo Padrón, y una negra cubana, Leoncia Machín. Su abuela paterna además era canaria. El cantante siempre manifestó que tuvo una infancia muy feliz, en familia, y muy pronto se aficionó al canto.
Alternaba su trabajo de joven albañil con corista en la iglesia, en los teatros, y tras las pantallas e cine mudo de la ciudad. Llegó a unirse hasta 3 veces con músicos ambulantes, que formaban grupos y pasaban por su ciudad rumbo a La Habana.

En 1911, el cura de su parroquia, lo puso a cantar en el altar mayor, cantando en una ocasión el Ave María de Schubert, subido a una silla, donde se ganó la ovación de todos , y con 20 años, manifestó su interés por estudiar bel canto y ópera, pero comprende que su color de piel, su repertorio quedaría reducido a "Otelo". Mientras su padre le inculcaba el amor al bel canto, su padre opinaba lo contrario, viendo esto como propio de individuos de vida irregular, rayando lo inmoral.


No son dificultades, llegó a La Habana en 1926, donde se inició como solista en los cafetines, acompañado del guitarra Manuel Zaballa. La reputación del dúo llega oídos de la burguesía cubana, quienes no dudan en contratarlos.
Por azar del destino llega a cantar en una emisora de radio, donde conoce a Don Azpiazu, quien lo contrata como segundo cantante de su orquesta. Sería pues, el primer cantante negro que actuaría en el Casino Nacional de La Habana, lugar de la burguesía más excluyente y racista, ya como todo un profesional.
Sin dejar a Azpiazu, funda un sexteto que hace sus primeras grabaciones en 1929, y apartir de los medios e la época.
El éxito fue inmediato, con "Aquellos ojos verdes", al que siguió "El Manisero".

En 1930 deja Cuba, donde no regresó hasta 1958, dirección a Nueva York, integrando la orquesta de Don Azpiazu. Estuvo 4 años en la gran metrópolis, formando parte de otras muchas agrupaciones, como "José Escarpenter y su Orquesta", "Orquesta Antilana de Rafael Hernández... además e la dirigida por él mismo, la Orquesta Machín y el Cuarteto Machín.

Muy conocido ya en los escenarios latinos de Nueva York, donde populariza "El Manisero", de Moisés Simons, y grabara una larga serie de títulos a lo largo de la primer mitad de los años 30, marchó a Europa en 1936. Tras una breve estancia en Londres, llega a París, donde la música cubana tenía fuerte presencia desde los años 20. Es allí donde forma su grupo "Antonio Machín y su Orquesta", con Moisés Simons al piano, realizando a partir de entonces varias grabaciones.
Enamorado de una joven francesa llamada Line, con ella y con su orquesta hicieron una gira por Suecia, donde no quisieron quedarse, debió a su clima frío, con lo que regresaron a París.

Machín regresó a España, patria de su padre, hasta morir en 1977. Ya desde la época de los años 20 tenía un hermano que vivía en Sevilla. Antonio llegó de vacaciones en 1939, tras la guerra, tártando de escapar de la II Guerra Mundial, más se halló con la dura realidad de la posguerra española. Llegaba con el saxofonista dominicano Napoleón Zayás, con quien le hubiera gustado alistarse en el frente para luchar contra el fascismo, pero optó por quedarse en Madrid.
En 1943 se casó en Sevilla con María de los Ángeles Rodríguez, y a esta ciudad se trajo parte de su familia cubana, y comenzó actuando en varias salas, como la Shangai, cambiada luego a la Sala Bolero, cobrando 25 pesetas diarias.
Su primer éxito en España fue "Noche Triste", junto a la orquesta Mihuras de Sobré, con los que comenzó y luego se desligó.
En 1947 llegó su primer gran éxito: "Angelitos Negros", convertida en bolero.

Los compositores más importantes que pasaron por su carrera fueron dos: el cubano Oswaldo Farrés, autor de "Madrecita", "Toda una vida", "No me vayas a engañar", "Quizás...", y la mexicana Consuelo Vázquez, autora de "Bñesame mucho" o "Amar y vivir". Mención aparte tiene la única versión de la ínsula cubana Isolina Carrillo, quien le dio "Dos Gardenias".

En España, ya con más de 60 discos grabados y con su "Cuarteto Machín", le lega su consagración, gracias a una adaptación absoluta al país, como décía su frase "El más cubano de los españoles y el más español de los cubanos". En España, Machín encuentra todo lo que le gustam y en especial, se fija en la ciudad de Madrid, Sevilla, a ciudad donde encontró el amor, Alicante, donde pasaba largas temporadas en su apartamento de San Juan.

Comenzó desde abajo, y fue el fiel testigo de la banda sonora del amor de muchos españoles en tiempos difíciles, creciendo su popularidad hasta ser idolatrado como lo fueron la estrellas de la copla, sus canciones se escuchaban en todas las emisoras de radio.

Por su carácter serio y humilde, Machín fue bien acogido en una España monolítica y poco acostumbrada a la diversida de razas.

En Alcalá de Guadaira, el 7 de junio de 1977, salió muy agotado de escena y no pudo regresar. Fue su última actuación, falleciendo el 4 de agosto en Sevilla, en su casa de la calle General Mola, actual Principe de Vergara. descansando en el cementerio de San Fernando de la ciudad

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